Una inmensa puerta impide el paso hacia las escaleras que descienden a laplya desde el Parque Salazar.
A pesar que en el contrato de concesión la empresa Larco Mar se obligaba a construir un hermoso camino con plantas y farolas.
Mientras varios operarios realizando maniobras peligrosas en el acantilado, sin arnes, protección visual, guantes ni nada.
Como siempre, el vecino no cuenta en Miraflores.
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