Han transcurrido más de 20 años en que las instalaciones del parque Salazar deberían guardar coherencia con las del negocio que se encuentra en el sub suelo, pero cada día se nota mayor deterioro.
Bancas rotas o desaparecidas, maceteros dañados, farolas inexistentes, oxidadas o serruchadas, veredas donde son visibles los fierros, y cada vez más construcciones que disminuyen las áreas verdes del otrora hermoso parque.
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